20 de noviembre de 2016

Análisis de casos Curso de Convivencia Mooc



Caso 4: Situación de riesgo de alumno aislado


Nos encontramos en una clase de 31 alumnos y con la situación de un alumno, el 3, en riesgo de aislamiento y con 11 votos de rechazo de otros compañeros. Sabemos por el sociograma que tiene un amigo. Previamente, observaríamos tanto en el aula como en dicho sociograma que el ambiente de clase es bueno, la mayoría de los alumnos se siente bien, con amigos y respaldos en clase. Sin embargo, el clima de estudio no es tan propicio y tienen la percepción de que existen algunos conflictos en clase.
El alumno 3 tiene tres testigos que corroboran que se produce aislamiento y rechazo, pero no se dan agresiones físicas aún, a pesar de que se haya podido producir cierta intimidación o algún insulto (agresión verbal). Esos tres testigos confirman que por el momento no lo lleva mal del todo y que tiene pocos amigos, es bastante diferente del resto, poco tranquilo y discute demasiado.
Podríamos, como propuesta inicial, comenzar a trabajar en dos planos: en primer lugar, con los testigos; un sondeo en profundidad sobre situaciones concretas que hayan vivido y una descripción amplia sobre el comportamiento del alumno. Podríamos discernir así si el alumno 3 es susceptible de sufrir acoso en un breve espacio de tiempo, y si su perfil es pasivo o activo. Por un lado, su timidez (confirmada por los testigos) puede encaminarnos hacia el perfil de un alumno rechazado en riesgo de exclusión, pero de corte pasivo. Pero por otro, no obstante, discute mucho y tiene "pocos amigos" (uno, como ya sabemos), por lo que podría tratarse de un perfil activo que en situaciones determinadas busca la provocación y el conflicto. En esta primera ronda de contactos y entrevistas, sería pertinente escrutar a dichos alumnos testigos y averiguar si podrían ser apoyos del alumno 3 o alumnos-ayuda. Por lo pronto, tendríamos a su amigo como primera opción; escogeríamos a uno de los testigos en una selección bien meditada y trabajada, y por último a un prosocial. Con tres alumnos-ayuda, incluido su amigo, y colocado en clase estratégicamente, podríamos revertir o al menos atenuar la situación de exclusión o aislamiento.
En segundo lugar, tras el trabajo con los testigos, vendría la intervención con el propio alumno para averiguar en qué momentos y con quién se producen los conflictos y de quién ha recibido intimidaciones o insultos, de forma que podamos trabajar con el potencial acosador o acosadores. En este paso, y en la circunstancia de que fuera de perfil activo, tendríamos que, con la ayuda del orientador, concienciar y trabajar con el alumno 3 el autocontrol, la percepción de sus propias acciones (discute bastante y no mantiene la tranquilidad, recordemos), el refuerzo de la autoestima y el fomento de nuevos apoyos o amigos dentro del grupo.
En el ámbito de la clase de tutoría reforzaremos esos lazos con los alumnos-ayuda y para el resto de asignaturas colocaríamos al alumno, además de con el alumno 22, cerca de uno de los testigos y de algunos prosociales, como podrían ser el alumno 20 y la alumna 4.
Además, en la aplicación de Sociescuela, analizaríamos la tabla de elecciones para comprobar las opciones de compañeros que ha escogido el alumno y también veríamos si, aparte de su amigo, algún otro compañero lo ha añadido en su selección, lo que nos daría sin duda una orientación sobre los apoyos posibles del alumno dentro del aula.

Para el seguimiento, pediríamos al alumno testigo, que hemos convertido en alumno-ayuda, y a la alumna 4 que vigilaran el comportamiento y las relaciones del alumno 3 y si consideran que sigue aislado o recibiendo alguna intimidación. También intervendríamos con el potencial acosador que hubiese insultado al alumno 3 para advertirle de la gravedad de su actitud.
La dificultad de este caso estriba en que el aislamiento, aunque palpable, real y doloroso, es difícil de detectar en comparación con las situaciones flagrantes acoso ya desarrolladas, y por tanto de acometerlo y de solucionarlo de forma efectiva.



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